Con más de 25 películas en su trayectoria cinematográfica, este gigante de la actuación participó recientemente de un drama del realizador norteamericano, triunfador en el último Festival de Cine de Cannes: Terrence Malick. Retratos intimistas y de algún modo crueles, mediante un universo formal propio, Bardem al lado de Malick, continúa alimentando su variada e importante obra, forjada al lado de otros directores vitales para la estética del cine como Woody Allen, Alejandro González Iñarritu, Almodóvar, Fernando León de Aranoa. Lunes al sol, No es país para viejos (Hermanos Coen), Mar adentro (Amenábar), entre otros títulos, nos dejan ver un actor riguroso, maduro, encantador y, a veces, intérprete de personajes victimas de traumas y vivencias trágicas. Resistiéndose a Hollywood y a hacer publica su vida personal, hoy este camaleón español se arriesga con realizadores independientes, de la misma forma como trabaja en producciones comerciales. Pareciera querer decirnos que ama el cine en toda su dimensión y sí el cine es arte es también industria. Si el cine explora sentimientos y posibilidades temáticas intensas y profundas, el cine es también acción, escenas violentas, descarnadas. “Si tienes la suerte de tener un buen director y buenos actores pues mejor, al final lo que tienes que creerte es esa historia que te están contando”. Aunque asevera, igualmente, que es más dura “la realidad que la ficción”, al sentirse confrontado con Biutiful, con Mar adentro, con la vida de Reynaldo Arenas, el poeta cubano. Bardem se ha ganado ya un puesto en la historiografía del cine mundial como el primer actor español nominado al Premio Óscar y cómo el primer actor español en ganarlo en el 2008 por No es país para viejos. De este modo, al programar un ciclo con algunas de sus películas, nos vemos obligados a pensar: cómo se forja un actor? Cuál es el bagaje necesario? Sensibilidad, capacidad de decisión, buenos directores, seriedad y oficio, por un lado. Por otro, tendría que decirse que su familia estuvo siempre ligada a la actuación y al cine, de ahí que participara de proyectos cinematográficos y televisivos de forma temprana. Esta experiencia sumada a un debut formal con Bigas Luna en la controvertida Las edades de Lulú, luego el éxito en Jamón Jamón, en compañía, de la que es hoy su esposa, Penélope Cruz, y la formación al lado del maestro argentino, director de teatro, Juan Carlos Corazza, con quien ha creado algunos de sus roles para el cine, complementan ese marco exigente para poder interpretar todo tipo de personajes. El actor, piensa además, debe hacerse preguntas que le ayuden a crear con imaginación su personaje, vaciarse el propio ego para poder encarnar a otro y ser parte del engranaje que ayuda a contar una historia; compromiso con la sociedad, no imitar comportamientos sino revelar sentimientos es lo que nos propone con su actuar Bardem, no sólo en lo fílmico sino en el plano político. Vamos tras Bardem…
Paula Marcela Trujillo J. / pavitas@hotmail.com
